El 70% de nuestro cuerpo es agua, lo que convierte este líquido vital en un componente esencial para el buen funcionamiento del organismo. Además, el 85% del cerebro está formado por agua, y por ese motivo, la correcta hidratación favorece la concentración y el rendimiento cerebral, es decir, nos mantiene activos.
También, el agua, ayuda a la regulación de la temperatura corporal, que puede verse comprometida con las altas temperaturas, transporta nutrientes hasta las células y desempeña importantes funciones en la digestión de los alimentos.
¿Por qué es importante que lo niños beban agua?
Curiosamente es en los niños, generalmente más activos que los adultos incluso, y especialmente, en los meses más calurosos, en los que más hay que insistir para mantener los niveles apropiados de hidratación.
Niños jugando activamente y en plena diversión, tienen facilidad para olvidarse de beber agua, y, habitualmente, cuando la sed comienza a hacerse notar, ya es tarde, y los primeros síntomas de deshidratación comienzan a estar presentes, alcanzándose, en esos momentos, niveles de deshidratación de hasta el 3%.
La deshidratación produce distracción, irritabilidad, cansancio e incluso apatía, síntomas que debemos tener en cuenta e intentar que no lleguen a aparecer.
Conviene añadir, además, que los niños necesitan, proporcionalmente, más agua que los adultos, y que, además de estar más activos, necesitan de esta agua para su crecimiento.
Al mismo tiempo, si son pequeños, quizá no sepan reconocer los síntomas de la sed hasta que es demasiado tarde, por lo que tener bebidas disponibles a su alcance y ofrecerlas con asiduidad puede ayudar a prevenir la deshidratación.
No te pierdas en nuestra próxima entrega, algunas ideas que compartiremos para mantener a los niños hidratados, sobre todo en climas de altas temperaturas.