Niños deportistas: la hidratación es fundamental

Los niños tienden a ingerir poca agua. Sus ritmos escolares y la falta de costumbre de beber sin sentir sed les lleva a un consumo de agua que casi se limita a la comida y la cena. Si es necesario corregir este hábito en todos los casos, hay que lograrlo con más motivo en los niños que realizan ejercicio. La hidratación saludable indica que un niño ha de ingerir algo más de un litro al día de líquidos, incluyendo el agua. Un niño deportista debe alcanzar el litro y medio: se trata de tener hidratado el cuerpo por dentro. El agua ha de llegar a músculos, tendones y ligamentos ya que además de ser imprescindible en el proceso de termorregulación, actúa a modo de amortiguador entre las articulaciones del niño en pleno proceso de crecimiento y desarrollo.

 

Además de buscar la hidratación a través del consumo de agua y de frutas frescas (¡no olvidar una pieza en el desayuno o en el almuerzo!), hay que incluirlo en meriendas, comidas y cenas. Las sugerencias son múltiples, coloridas, sabrosas y fáciles de hacer: zumos naturales, sopas calientes o sopas frías.

 

Una opción para relacionar hidratación y deporte es incluir en la mochila de deporte una botellita de agua, o agua con un poco de zumo natural y una pizca de sal para que tenga mejor sabor, y que cojan el hábito de tomársela a lo largo de los entrenamientos, durante el ejercicio y después de este. La meta de vaciar la botella ayuda a adquirir el hábito. Lo óptimo es lograr que beban líquido cada 15 o 20 minutos, aunque no tengan sed. No se debe caer en la tentación de iniciar a los niños a tomar bebidas para deportistas ni bebidas energéticas, dado que contienen una cantidad desmesurada e innecesaria de azúcares, lo que les induce a los niños a adquirir un mal hábito y un gusto demasiado marcado por el sabor dulce.

1
Scroll to Top